Por Paola Pérez, Bolivia.- «Mi mamá cumplirá 90 años, yo quiero vivir hasta los 100. Tengo que trabajar para eso», dice Carl Lewis, el invitado especial de Panam Sports durante los XVIII Juegos Panamericanos Lima 2019. Es vegano hace mucho tiempo, cambio su estilo de vida para lograr el objetivo que trazó hace unos años cuando se planteó mostrar su mejor versión en el deporte. Con esta y otras decisiones, Carl da cuenta de aspectos fundamentales para el deporte y, sobre todo, para la vida: trabajo y compromiso.

El múltiple campeón mundial y olímpico creyó en sí mismo, fue así como se propuso hacer lo correcto y «terminó siendo lo correcto», explica. Carl era un amateur que quería ser profesional. Y lo logró con creces.

«Comencé a creer en mí mismo y comencé a encontrar las cosas que me gustan. Cuando entre al deporte tenía la idea muy clara de lo que quería hacer. Quería saltar, quería ser un profesional», asegura.

Planifica su vida y se traza objetivos a largo plazo, pero también trata de vivir año a año. Ahora disfruta de todo lo que logró como deportista, aquello por lo que trabajó y que hizo que hoy se convierta en una leyenda para el deporte rey.

Tiene una cercanía especial con los Juegos Panamericanos. Su mamá, Evelyn Lawler, fue vallista en los años 50 y representó a Estados Unidos en la primera versión de esta justa deportiva en Buenos Aires 1951. Fue ella quien transmitió la trascendencia de este evento multideportivo y la importancia que tiene para un atleta la competencia en los Juegos. Carl tomó la recomendación de su mamá y compitió en Puerto Rico 1979 donde obtuvo la medalla de bronce en salto largo, una de los primeros logros para una carrera deportiva colmada de victorias.

A la fecha, ningún atleta pudo superar el récord de Carl en la prueba de salto largo. El estadounidense registró una marca panamericana de 8.75m, misma que se mantiene vigente; sin embargo, para Carl las marcas no definen a un atleta. «La gente no recuerda el récord mundial, es simplemente una performance. Tenemos que cambiar la narrativa de los récords y las marcas», asegura y explica que lo importante es competir, tratar de mejorar cada día así como él lo hizo.

El estadounidense se refiere a su mamá como la artífice de su carrera, cree en la igualdad de género en el deportes pero principalmente, en la importancia de la mujer en su vida como atleta. «Si no hubiera tenido una mujer fuerte yo no estaría aquí. Mi madre fue una pionera, ella pensó que las mujeres deben tener oportunidades igual que los hombres», cuenta a la prensa.

Quien un día compitió y admiró a Carl ahora es su compañero como entrenador. «Estaba con un Porsche rojo con un celular el año 1985 y pensé, quiero ser como él.  Y me vi en mi carrera tratando de emular a Carl», cuenta Leroy Burrel. Hoy en día, ambos trabajan en el entrenamiento de deportistas. Además de trabajar en la parte deportiva, impulsan a que los deportistas puedan terminar una carrera universitaria. «Convencimos a los deportistas de que no sólo hagan atletismo sino que también tienen que terminar la universidad», sostiene Carl quien junto a Leroy, trabajan con atletas de Barbados y Bahamas.

Ambos resaltan la importancia de los Juegos Panamericanos en el sentido de crear más oportunidades de competencia para los deportistas. Hace un año no imaginaron estar en el rol de entrenadores, pero el atletismo siempre los llama de una u otra forma. «Uno quiere alejarse de esto, pero al final vuelves», dice Lewis. Y para alegría y deleite de todos los espectadores de Lima 2019, ellos volvieron, en otro rol, pero volvieron.